jueves, 29 de noviembre de 2012

Piña

Y sabes que siempre fui de lágrima fácil, de beso largo y de angustia profunda. Soy el primero en decirte que no debes preocuparte, pero el último de los dos que dejará de hacerlo.
Y es que hoy sólo me apetece llamarte y decirte que hace tiempo que estoy roto, pero quizá me falten las palabras, me den igual las consecuencias o me sobren llantos.
Y hoy no me importa que me apuntes, pero, por Dios, dispara. Si yo sólo vine con diez dudas y en lugar de respuestas amplias el conocimiento sobre lo que necesito saber... Sólo vine aquí a hablar de qué pasó en un pasado, pero hoy se me presenta como una bailarina abierta de piernas, un pie ayer, un pie mañana, pero su en su cara se marca el esfuerzo de lo que va pasando hoy.
Y sólo quería un punto firme en la razón, pero vuelvo a ser débil por el dichoso sentimiento.
Pero he aprendido en curas de paciencia, calma y sosiego, ya nada va a alterarme, ¿qué estoy roto por dentro? bueno, déjame con mi holocausto, a este genocidio sentimental invito yo que acabo de cobrarme un par de miradas
Sabes que no tengo ganas de sonreír hoy, pero por ti haré una excepción, que las mañanas sin sol al menos las cubran tus aromas, y que lo putefracto de lo que no llegará pueda limarse un poco cuando llegué el olor a chocolate
La piña sigue aquí, un poco más rota, igual de ácida, igual de dulce... Con la misma corteza, con la misma hostilidad y con la misma sensibilidad

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sírvame otro

-Lo siento, no es lo mío
-Es pronto para hablar de sexo
Las palabras resonaban en su cabeza, pero si es que llevaba tiempo andando en círculos y siempre volvía al mismo sitio. Las canciones no iban a ir a pasear solas, y componer nunca había sido lo suyo. Ya se lo había dicho su madre, "De los sueños no se come, hazte abogado", él guardaba respeto y no decía "del tedio no se vive". Quería plasmarla en una canción, sacarla de sus sentimientos y ponerle acordes. No quería que sonase como Alex Ubago, en este país todos saben componer temas tristes, cualquiera es poeta, y todos escritores. Pero pocos habían dejado su casa a construir sueños.
Volvía a tomar café en el mismo sitio, era un lugar algo tenue. No, no, no era tenebroso, ¿me dejas acabar?. Lo que digo, el rojo burdeos provocaba sensaciones contrarias, en uno esquizofrenia, en otros deseos, en otros nostalgias, hasta alguno había con ataques epilépticos. Pero este esperpento era indiferente, no era un camaleón exactamente, si encendiesen la luz todos le podrían ver, pero al estar a oscuras no se diferenciaba ni el color del café, como para diferenciar si la chica de su cabeza tomaba algo que no fuese moca blanco.
¿Os lo habéis creído? Nah, en definitiva era un pobre esquizofrénico, además pobre en todos los sentidos, no había sitio donde le dejasen caerse muerto, pero tampoco encontraba a nadie por quien morir. Y es que morir es algo muy serio, no tanto para un bipolar, siempre le queda un sustituto.
Pero ese día por primera vez no estaba solo, además no era el que le hablaba en su cabeza, esta vez había alguien más.
Otra persona estaba escribiendo de forma vehemente, se dejaba la vida en aquel pequeño cuaderno de espirales a cuadrícula. Se acercó a ella, pero cuando estaba a dos metros le miró con miedo, como si le fuese a quitar el cuaderno. Su rostro era extremadamente pálido y sus ojos resaltaban dentro de aquel tugurio.
-Yo también soy escritor
-Si dices que eres escritor no podrás entender lo que escribo
-¿Qué? ¿Escribes en otro idioma?
-Yo no escribo, yo me sangro.
El joven se acerco a leer, estaba escrito en su idioma, la caligrafía era preciosa, pero no entendía más que palabras sueltas, no podía hilar palabras... Era demasiado fuerte, o él demasiado débil. O quizá ella no exista más qué en su corazón... No, ella estaba allí, su mirada estaba clavada a su boca.
-¿Qué miras?
-Se te llenan la boca con te quieros, pero llevas muchos meses sin sentirlos
-¿Qué dices?
-Deja de pronunciar palabras, de escribir frases... Y ponte a amar, lucha, vive, ama, folla... Como decidas vivir tu amor, pero no te quejes porque no sabes qué escribir... Por si piensas cuando escribes... Estás copiando pensamientos... Escribir como yo lo hago, es sentir.
-¿Qué coño eres?
-No soy más que otro reflejo de tu enfermo subconsciente.
-No, ahora estás aquí, pero déjame que te de dos horas de sentimientos y abriremos champán contra el techo
-No tienes champán en tu nevera.
-Pero tú si en la tuya
-Vaya... Veo que no soy la única que sabe de qué va esto
-Desde luego que no, pero deja de sangrarte detrás de unas letras, y ven a sentir de cerca
-Esta mañana has dicho que era pronto para hablar de sexo
-Pero ahora tengo demasiadas ganas de dibujarte un sentimiento

Y así, la pareja de esquizofrénicos volvieron a casa, todos los meses hacían una historia en la que parecían desconocidos, se caracterizaban y se escondían... Pero se querían, lo escondían de tal forma, que siempre acaban pidiendo el mismo café, el mismo desayuno, los mismos te quieros y los mismos ojos en las noches de cautiverio
Sírvame otro, con leche fría

viernes, 23 de noviembre de 2012

Otro enfoque

Esta,
         va por todas esas veces en la que no entendemos una mierda
         va por todos esos días en los que no sabes que palabra va a detonar
         va por todos y todas los que nos hemos sentido por el estilo
Esta, amigos, va por todos los que lleguéis a leer esto. Gracias

Las lágrimas se situaban un día más en los ojos de la chica
-¿Es tanto pedir un puto hombre normal?
Sus ojos brillaban fulgurantes, nadie sabía si eran azules, marrones, negros o violetas, sólo que estaba llorando de forma desconsolada
-Es que parece que no puedes dejar que esto sea como todas las relaciones, ¡no! Tienes que complicarlo todo, cabrearme, hacerme sentir culpable por cosas que ni siquiera sabes... Eres un cabrón de mierda
El chico no quería escuchar más, pues pensando que todo estaba todo dicho, empezó a hablar en aras de una reconciliación, craso error
-Pero si yo te quiero, no sé qué he hecho para que te pongas así, pero lo siento
Como os dije, craso error
-¿Ves? Ni siquiera eres capaz de alcanzar a ver tus putos errores, ¿cómo vas a valorarme como merezco?
Los gritos sonaban rotos, las lágrimas se las había tragado la piel por pura rabia, el chico estaba alucinado, sólo le había dicho que los dos vestidos le quedaban fantásticos sin prestar atención a ninguno... No entendía que color le quedaba bien
Entonces cometió un error aún más grave, enfrentarse a la joven airada... Pobre zoquete
-Eh, te estás canteando, nadie te ha tratado y querido como yo, nadie te ha llevado a donde yo te he llevado, nadie ha dejado de hacer tantas cosas por nadie como yo por ti, dejé toda mi vida y saqué ratos para estar contigo.
¿Entienden el error en el que ha incurrido? Es muy feo echar cosas en cara, pero más que feo, supone lo siguiente:
-¿Ahora me echas cosas en cara? Pues que te jodan, imbécil
Y como pobre animalillo que da sus últimos coletazos intenta la más catastrófica desdicha si eres feo
-Pero espera, no te prometo la vida eterna, pero podemos echar un polvo
Bueno, tuvo la mala suerte de que pasaban unos conocidos y le apalearon hasta la inconsciencia, si es que en algún momento la tuvo
¿Y qué sacamos de esto amigos y lectores?
Pues que si quieres un punto de acuerdo has asumido que eres orgulloso y que sabes ceder, si ves que no se acerca más puedes bajarte un poco más los pantalones o pasar, si decides la primera y sigue igual, puedes seguir bajándote los pantalones. Pero después de bajarse demasiado esta prenda corres el riesgo de tropezar y darte una buena... Mmmmm, puede compensar, pero la sangre sabe mucho a hierro y sale mal de la ropa. Imaginad cuando va manchada de sentimientos que no salen de tu corazón. Pensad en cuando no queréis salir de ahí mientras vuestra razón se parte la cara con el corazón una noche de insomnio más... Imaginad un mundo en el que fuese fácil esto del amor...
¿Recordáis alguna historia de amor gloriosa y sencilla?
Yo tampoco
Y hay muchas canciones de amor, muchas poesías a lo felices que son, muchas odas al cariño de pareja y muchos cantos a la vida juntos, pero honestamente, son todos una mierda. Al fin y al cabo el masoquismo es lo que nos llena, pensadlo así, si no fuese por los momentos de depresión, Alex Ubago se habría muerto de hambre.
Un poco más distendido, ahora toca ser felices. No pedimos tanto, si nos saludan en el momento de bajón,
si nos responden a las palabras dulces, si nos clavan a los ojos los brillos de segundos eternos, si nos rascan la espalda con algo más que la mirada, si las palabras son menos importantes que los labios

Esto no es un canto al amor, es una elegía a lo que no sabemos cuándo y en qué estado volverá
Esto no es una oda a la esperanza, es una sátira a todo aquel que se sienta identificado, al fin y al cabo... ¿quién no se ha sentido un completo idiota?

Dicen que siempre hay esperanza, pues alguien se ha llevado la mía y ha dejado un muro de sal para que no se pueda plantar.

Y espero que no os identifiquéis muchos con esto, sino demostraremos con empirismo que eso de sentir es una putada que nos mantiene vivos

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Relatos breves

Y no hay vetas más ricas que las que marca una espalda, ¿y no sabías que la piel provoca cariño?
Para qué vamos a matarnos otra vez cuerpo a cuerpo, si las miradas sobrepasan el soslayo, los brillos se clavan en momentos furtivos y mis ojos no se atreven a abandonarte... Supongo que sólo obedecen al raciocinio que decidió desertar cuando yo pedía guerra a lo que decían los sentimientos.
Y no habrá estrellas por la mañana, y no habrá lástima ni coacción, no habrá agobios ni sinrazón. Pues somos seres nuevos, cuerpos moldeados de los deshechos que cayeron cuando nadie miraba.
El pelo se deja de rogar, pero yo no puedo llegar, pues la vergüenza y tu piel propusieron una tregua que sólo en la lucha de aromas se puede saltar.

martes, 20 de noviembre de 2012

Canales y bicicletas

Porque aunque fuese por un rato, Madrid volvió a oler a chocolate y vainilla.
La lejanía, los días raros, la inconmensurable sensación de cambios, la libertad, los líos, el vértigo de los canales de agua, las noches sin dormir, las habitaciones que ya no le apresarían más... La humedad y el jodido frío. El pelo descansaba sobre su frente al empezar la noche, Dani era un joven diferente a lo que te puedas encontrar en las calles de una ciudad como Madrid... Pues al fin y al cabo, una urbe es una urbe, pero son las personas la que entonan sus colores.
Era una noche extraña, una noche de extrañar y de las que te pesan, pero en esa no iba a discernir entre el bien o el mal, no había jueces, no había juzgados, no había legalidad, nada era necesario, pues todo había sido deslegitimado cuando empezó a afinarse en Sol una preciosa y única guitarra.
Quizá habían bebido todos demasiado, quizá se habían pasado de vueltas, quizá los cafés de lo que se debate entre madrugada y mañana quedaban fuera de lugar. Pero no en aquella habitación
Cinco personas debatían sobre cosas sin sentido, el amor, el desamor, el odio, si es legítimo hablar de la juventud en rasgos generales... Quejas contra hogares que no comprendían las molestias que causa la libertad... Sobre hogares que ahogan espíritus que sólo necesitan aire para no estrangularse en el yugo de la incomprensión. Entre esas conversaciones salió a colación su guitarra.
Eran tres chicos y dos chicas, estaban tan tirados entre esas cuatro paredes que nada parecía importar de verdad, que el sol amaneciese por donde le apeteciese, ellos no iban a verlo como algo extraño. Posó esa guitarra de color burdeos en sus piernas, la afinó y después empezó a tocar. Canciones que todos conocían, canciones que hablaban de la coyuntura de amores que no se quieren bien, de amor con el sentido más violento de la forma amar. Todos iban quedándose a sus lados, pero para Lamartine sólo existían acordes bien elegidos y miradas que se clavaban en las frases más efectivas. Su bello comenzó poniéndose de punta, después su piel se tornó de gallina, hasta llegar a ese cosquilleo por el cuello y después a olvidarse de estar en una habitación, para viajar arriba, muy arriba... No era nada sexual, eran las frases que no se referían a ella, pero que siempre había deseado oír susurrar.
Después les dijo que iba a tocar algo que él mismo había compuesto, que no tenía rima, que estaba mal ajustado, pero que decía lo que sentía. Ni siquiera cantaba en un idioma que todos comprendiesen, era de un lugar lejano y su nombre era algo que se hacía para resultar accesible. Empezaba en un golpe de Do, después Sol y pasaba de forma abrupta a un Si desafinado.Después empezaba la canción, esta vez no apartaban sus miradas, Lamartine tenía unos ojos brillantes, no era ningún tipo de sustancia, eran sólo sentimientos a flor de piel. Eso que llevas toda la vida buscando y te saluda en forma de estrofas

Nadie ha hablado sobre los amores sepultados
y es que nada solventa lamentables situaciones
Nada son errores cuando los marcan tus labios
y es que son tus caricias las que se quedaron mes a mes
Nada son esas enormes dudas sino besos y caídas
y es que decir que te echo de menos no es decir nada
Nada va a definir nuestras idas y venidas
y es que no habrá clavo que sacie lo que fue existencia

¿Quién llorará las lágrimas de los te quiero?
¿Quién tendrá valor al juego de azar de tu comisura?
¿Cómo olvidar algo que buscamos en lo ajeno?
¿Cómo puedo plantear historias si me robaste la cordura?

Pero si en el fondo del armario somos pura indecisión
¿quién va a avalar los cariños que se quedaron sin decir?
Si con tus ojos me basta, ¿por qués esperamos a la ocasión?
Porque acordamos que esto iba de lo que pudiéramos sentir
Pero si es que tus manos pasaron de caricias a terrorismo
Pero si es que tu cuello no pide tregua no seré yo quien deba decidir


¿Quién llorará las lágrimas de los te quiero?
¿Quién tendrá valor al juego de azar de tu comisura?
¿Cómo olvidar algo que buscamos en lo ajeno?
¿Cómo puedo plantear historias si me robaste la cordura?

Lamartine había soñado con que eso se le dedicase en algún momento de su vida, pero había perdido las fuerzas en el camino, y es que marcar la palabra cordura al final con un susurro acústico con millones de sentimientos declarando la guerra abierta al país que la aceptase no era lucha de guerrillas... Y es que si los otros ojos no permaneciesen aletargados, las miradas habían traspasado las distancias, las caricias la ropa y los labios la piel

Melchor con especial dedicación

domingo, 18 de noviembre de 2012

Oda a los muñecos nenuco

Cualquier día es bueno para enamorarse, pero estoy seguro de que será mejor aún para pasar página.
Y ya huele a libros quemados, historias que nosotros quemamos entre amistades de sentimental cumplimiento, huele a tipex en las agendas que marcaban días bonitos, notas a pie de página con referencias obsoletas, huele a lluvia en el ambiente, y es que las dudas de uno se llevan las certezas del otro
¿Y qué es el amor más que una niña caprichosa? Y sobre todo, ¿qué nos importa ahora? No buscamos amar, tampoco que nos amen, simplemente un abrazo que nos llene los pulmones de algo que llamar hogar. Nosotros hemos demostrado que tampoco queremos certeza e incertidumbre, sólo un vago recuerdo que nos haga sentir vivos cuando paseamos por lugares comunes. Mirar el azul del cielo y que las nubes no dibujen un corazón.
Y señor que maneja el amor en los corazones, no nos haga daño con las cuerdas de la guitarra, pues los acordes tristes se clavan en la piel y cada arpegio es un latigazo en la espalda.
Y nada nos seduce más que la duda, nada nos hace lanzarnos tan fervientemente contra algo que la incertidumbre, nada nos hace más fuerte que el tiempo, nada nos hace tan débiles como el espacio entre dos almas, pues la distancia entre dos labios no se mide en centímetros, se mide en caricias.
Y es que ahora a decir te quiero se aprende en la tele, pero a querer se aprende en las distancias cortas, en los que "bien hueles" y en los "estás preciosa". Tampoco hace falta que sea verdad, el amor se encargará de hacerlo cierto a nuestros sentidos...
¿qué es el amor más que un desprestigitador? y sobre todo, ¿qué ha hecho por tus lágrimas?. El amor no se nutre de esperanzas, de sueños y de palabras dulces, el amor empieza por esperanzas, que se convierten en sueños por sus imposibilidades y que tienen su eco en palabras dulces sobre cuando existió. ¿pero dónde fue? Idiota, no se fue, piensa en ella, o en él, o en eso, y dime si no te desgarra cada poro. Sólo se fue la relación, cuando se fue quizá lo rodearon con una colcha de pompas, pero si te lanzan desde un avión, las pompas no van a ayudarte a recoger los pedazos de un corazón roto.
Venga amigos y lectores, que el amor puede ser una putada. Pero nosotros no podemos quejarnos, pues somos como él, cuando nos quieren bien no solemos corresponder, cuando nos enganchan y nos dan ventanas de algo que puede ser precioso nos damos por completo... Y es que el amor es un hijo de puta, ¿sabéis el porqué? Porque el amor somos nosotros, y todos somos un poco putas antes o después.
¿ y qué tiene que ver esto con los muñecos nenuco?
Pues que pensad las veces que os ha jodido el amor, las veces que habéis llorado, las noches sin dormir, las habitaciones demasiado grandes, las noches chupando techo, los "no volveré a caer en esta mierda", las ideas de como recuperarlo... Pensad todo eso, y mirad lo que disfruta el cabroncete de vuestro corazón, que late rápido cuando ves algo de ese amor antiguo y persistente, pensad en ese sádico latiendo a toda velocidad cuando te mira a los ojos, cuando te sonríe... Pensad que decimos "me has roto el corazón", pero ese cabrón que tenemos dentro... disfruta de los sobresaltos, hace una fiesta cada vez que te sientes enamorado y eres correspondido, y hace una fiesta cuando te acaban de romper... Es un hedonista, pero no podemos negar que tiene humor.
Ahora pensad que toda la vida sea lineal, asumido en los designios de un niño caprichoso que ni te importa...  Es mejor sentir, ¡qué duela, qué duela! que así somos un poco más libres y bastante más despiertos

viernes, 16 de noviembre de 2012

Y

De cosas que encuentras cuando buscas en tu carpeta de recuerdos actuales
Cuando brilla el sol se lo debe a las miradas, pues no depende de las nubes si están tus medias sonrisas.
¿Y quién va a llamarlo amor, quién necesita de otras fuentes, quién no tiene con el amor bien suficiente?
Al fin y al cabo somos retazos de lo vivido, pues nos falta valor y nos sobran testigos, pues las palabras y los tanteos no son más bellos que dos ojos mirándose de cerca antes de cerrarse
Y es que las palabras más bonitas surgen a dos voces y a cuatro labios, que llegan mostrando que son uno y que no necesitan de más prolegómenos que las sonrisas inocentes de aquellos que no quisieron olvidarse
Y no hay ebriedad más allá de la locura de recordarte de cerca, que al final los brillos azulados te quitan la coherencia.
¿quién va a buscar la razón cuando ocultamos las palabras?
Y es que de noche sobran palabras que decir si no estás entre esos dos brazos. Que no quiero lo exterior, ni lo socialmente aceptable, ni lo fácil, ni lo normal... Y es que busco los formatos que perdió la inmadurez de las palabras con los ojos puestos en volverte a ver
Y nada más que decir si no tienes nada que responder
Pues tu mirada lo clama y tus sonidos lo callan
Pero quién se atreverá a mirar sin quererse esconder
Pues los hechos silencian lo que los silencios menoscaban

jueves, 15 de noviembre de 2012

El panadero protagonista

La demencia se había adueñado del panadero, el paisaje postapocalíptico no suele mostrar a los panaderos, no son heroicos, no son personas con vidas profundas que contar, son panaderos... Pero ese señor había evolucionado y vivido más que cualquier pseudónimo. La pérdida de su lugar, de su mujer, sus amigos, sus hermanos y de sus hijos le habían tornado un ser brutalmente roto.
Miraba desde una colina, el viento movía su pelo desaliñado, desafiaba la rigidez de su abrigo gris, las cenizas impactaban contra sus enormes gafas, las zapatillas azules habían perdido su tinte y se mostraban pálidas, sus ojos no querían brillar y sus preciadas manos se habían convertido en callosidad... Ese otoño iba a durar demasiado.
Justo hacia un año pensaba que no era más que un conato, justo un año atrás empezó a ser consciente de la envergadura de lo que estaba llegando con ese juego de dos, justo un año antes empezó a llover mientras sonreía, y ahora no tenía nada. El betadine curaba heridas, su pan curaba el hambre, el agua saciaba su sed, la navaja le defendía de sus enemigos, y el alma seguía rota. No había tiritas que curasen dos trozos rotos.
El paisaje era demencial, los edificios estaban derruidos, no había cadáveres, todos estaban luchando en otro lugar y allí morían. No había esquina que no tuviera una hoguera, no había ni un alma, pero si muchas personas. La luna brillaba más blanca que nunca, quizá los sentimientos perdidos y los sueños rotos le servían como alimento. Los aviones apenas se empleaban, pero observando desde esa colina vio a dos, uno frente a otro, se aproximaba el uno al otro, era todo muy tranquilo, nada parecía que fuese a pasar, simplemente un ligero impacto y luego nada... Pero la explosión fue demencial, el cielo se iluminó un poco más, las nubes convertidas en brillo naranja y los ojos de quien lo veía volvieron a brillar, pero del odio habitual.
El panadero sintió que había alguien cerca, se dio la vuelta y una figura le observaba. El pelo suelto retaba al aire, sus ojos no se dejaban ver, su pantalón era verde y su sudadera azul. La piel estaba magullada, pero aún así guardaba un brillo único.
-¿Por qué estás triste, panadero?
-No tengo razones para sonreír, no quedan motivos en una luna demasiado grande para un mundo tan enfermo, es como cuando decían que alguien tiene un gran corazón cuando acababa de destrozar una vida
-Las cosas ya no son las mismas
-Ni nosotros lo somos, qué puede tener un mundo así para llamarlo hogar. Sólo fuego y miedo, sólo desidia y complejos evidenciados camuflados en rebelión por la subida del pan
-¿qué ha cambiado en nosotros?
-¿qué se mantiene igual? Hemos pasado un apocalipsis, nada es lo mismo, no hay piedra sobre piedra, ¿quién querría ser el mismo?
-Yo mantengo mis sentimientos
-Eso es lo único que nos queda a quienes no hemos ido al frente, que podemos mantener una razón para seguir adelante
-¿Son tus sentimientos una razón para seguir adelante?
-Eres en mis sentimientos, si es tu duda. La esperanza no es algo que nos sobre, el otro día vi que un buhonero traía frascos con esperanza y tiritas para el corazón, pero ¿quién me va a curar la pena, los miedos y las reticencias cada vez que hablas?. Nunca supe leerte, sé de quien puedo fiarme y por donde cojea, pero tú... No, ni de coña. Y los sentimientos son la única razón para seguir viviendo, y la única razón para morir por algo, pues podrían decir que estamos muertos cuando se acaban las constantes vitales, pero si alguien nos sigue llorando, seguiremos existiendo... Cada lágrima es un recuerdo, cada sollozo un sentimiento, cada noche sin dormir las velas que dejas por alguien, cada sueño un corazón que alimenta el brillo de esa luna sádica
-La luna nos deja seguir adelante
-La luna nos recuerda lo lejos que está de nosotros, cuanto peor estamos más grande la vemos, no es para alegrarnos, es para darnos la última estocada, el brillo más puro e inútil nos da la cicuta y nosotros nos alegramos.
-¿Qué cicuta?
-La esperanza de que todo va a salir bien
-Y luego nunca sale bien
-Eso es por lo que miro desde arriba la ciudad
-¿Tienes miedo, panadero?
-Quien nada tiene que perder, nada debe temer
-Te queda tu vida, ¿no te importa perderla?
-¿Vas a quitármela?
-Pobre iluso, ya es mía




martes, 13 de noviembre de 2012

¿dónde fueron tus murallas?

Nunca una guitarra acústica había sonado tan grave, nunca las palabras se habían clavado tan fuerte en alguien... No era una obsesión, no podría decir que "no dejaba de pensar en ella", porque el problema era que su corazón no dejaba de sentir a ella... Y pasaron las promesas de las montañas cercanas, esas que decían "se te pasará", porque hay cosas que no se pasan, sencillamente se entierran, pero los muertos huelen, y los antropólogos lo sabemos.
Andaba con desgana por ese poblado, nada le traía recuerdos, había aprendido a convertirse en soslayo y a vivir entre ausencias, había aprendido a sonreír, había aprendido a hablar sabiendo ocultar, había olvidado olvidar. El pueblo estaba nublado, a nadie le parecía extraño siendo noviembre, pero el joven se había vuelto una especie de erudito, quizá es que había visto muchos pueblos, pero ninguno tan desolado. Había salido del hostal donde preparaba su correspondencia con diversos lugares del país, había salido porque escuchaba una guitarra sonar, una triste y desoladora oda a las lágrimas, una elegía de recuerdos, una sátira de su corazón y un reclamo de almas rotas que nadie quiso coser.
Esa puta guitarra sonaba por todo aquel valle, estaba nevando, pero a la gente parecía no importarle. Las montañas se mantenían en su lugar, no iban a irse para facilitar la construcción de carreteras, a la gente parecía no resultarle tan espectacular. Eran dos enormes montañas, alcanzaban más metros de los que se dejaban ver por las nubes más oscuras, siempre solían estar nevadas y presentaban un color blanco bellísimo, se contrastaban con las arboledas taladas por leñadores que dejaban un paisaje rosado en determinados momentos de Diciembre, por ellas discurrían sendos ríos, pero la gente del pueblo no los conocía, sólo se fijaban en los pozos subterráneos que se cedían al uso de cualquiera que no se atreviese a subir a la montaña y contemplar su esplendor. El joven foráneo sabía de esos ríos, sólo una vez los pudo ver, pues las montañas tenían una personalidad obstinada y orgullosa, por eso no podía dejar de pasar por ellas largos ratos su mirada... Total, no podía estar más loco.
Se propuso dibujarlas, pero sólo le salía describirlas. Empezó a perder la razón, empezó a desocupar sus tareas con los corresponsales de otros lugares, hipotecó su alma, empeñó su espíritu, vendió sus lágrimas y repartió sus sueños en pagarés... ¿Qué más daba? llegaría de nuevo la primavera y florecerían los árboles que les alejaban, no podría permitirse otro estío permanente... Le gustaban los sitios fríos, y esas putas montañas no dejaban de ser el lugar más frío que tuvo valor a llamar hogar.
¿Y no es curioso como se parecen las montañas a las mejillas?
No es curioso, no son metáforas, son realidades de alguien que se cansó de los prolegómenos y pasó a la sinceridad. No más árboles caídos, no más soslayo, no más vidas que se escapan en la furtividad, no más si o no, no más intentos, no más excusas en labios que quedaron mudos... No más incendios de Otoño, no más fuego en las miradas que enmudecieron, no más celos del aire que te sopla... No más oportunidades perdidas adrede, no más entregarse a la lluvia y sus libidinosos deseos de lágrimas... No más yo
No más años que se hacen demasiado largos por la obstinación de algo que nunca llegó a ser completo... No más "Cuídate Isra", no más "Eres muy dulce", no más te quiero, no más dudas y preguntas... No más yo, no más nadie
Somos efímeros, los cheques de mis recuerdos no te devolverán el tiempo perdido, y estoy seguro de que a mi tampoco, ni del que he perdido, ni del que perderé por lo testarudo de las miradas que quieren comprender razones que nuestras almas no se van a ofrecer

domingo, 11 de noviembre de 2012

Not just another Lucky girl

El humo salía entre sus labios, buscaba formas inconexas, quizá tan sólo un poco de subjetividad, caricias y un poco de compresión. Qué más da si amanece cuando no hay motivos para sonreír. Qué sabe un cirujano de lo que duele una sutura. Qué sabrán ellos de dulces venganzas. Qué le iban a explicar de patear al que más sabe del azar.
Todos observaban, pero hoy no le importaba, con los ojos mojados y el corazón en las yemas de los dedos el invierno siempre llega más tarde... Sólo para los valientes que no se atreven a confesarlo, pues de héroes es ser sincero, pero de estoicos no molestar. "¿Y a quién le importa si estoy rota?"
No le apetecía comerse el mundo, sólo quería pasar un poco desapercibida, ¿por qué coño no lo comprendían?.
La banalidad se adhiere a la piel del que se deja, y los te quieros no dejan de ser siete putas letras, pero que nadie tuviese las narices de intentárselas mostrar sin letras...
Si tienes huevos te acercas, no vas a salir vivo de esta, chico mono
¿Esperas muestras de sentimentalismo? Te has equivocado de persona, si quieres ardemos hasta que apaguemos los incendios de las ascuas que no querían irse a dormir
No me diferencio mucho de un cigarro, firme cuando me miran al principio, humo, ceniza y una colilla pisada cuando paso por unos labios
Y dos manos unidas en una relación no se aleja demasiado de arder a lo bonzo
Todas sus frases desordenaban una conciencia que no quería domarse, ¿para qué? A la mierda el romanticismo, la comprensión, los abrazos de invierno y las miradas cómplices que siempre son cuerdas... Déjame vivir mi locura
Descoordinemos nuestras mentes esta noche, mañana mi alma puede estar un poco más rota.
Ese banco del parque la había visto caer y crecer de sus reminiscencias, ese banco le hacía cerrar los ojos y que todo estuviera bien y mal, desordenado y delirante. En ese banco empezó a escuchar un blues, era bien raro oír a alguien más que a los borrachos, a la policía o a los pájaros riéndose de nuestra vulgar realidad. Se levantó como un resorte, fue a ver que sonaba, y sobre todo, de donde provenía. Sus pasos dejaron su muesca en un barro fresco bañado por el eco de un rocío matutino. Se sitúo en una zona en la que no había estado nunca, le era ajena y a la vez familiar, hacía frío, pero no lo sentía, su cuerpo pedía nicotina, pero no le escuchaba, su alma gritaba "cóseme" y el músico de blues en aquel parque no tenía cara de llevar tiritas.
Era un señor mayor, albino, con gafas de sol negras que delataban un profuso contraste, un pelo que había desaparecido en los envites de la triste ceguera. Pero conservaba el oído, y eso le aferraba a la vida. Sintió que se acercaba y se acomodaba, él contestó con una sonrisa y un arpegio, mientras pronunciaba la última estrofa "Sin esperanza no te puedes salvar, pero si te vendes a ella exige garantías. Tus batallas sólo tú las puedes librar, mantén la certeza de que habrá más días"
La chica se sentó frente a él, la canción no le sonaba de nada, las frases eran malísimas, pero el Do desafinado de su guitarra caía como una losa sobre su pecho, mientras que los Si más agudos se clavaban en su corazón. La letra no importaba, era otro puto blues de corazones rotos

viernes, 9 de noviembre de 2012

Julliet y Desidia

No me mires así, ya sabes que tú eres de madera y yo de carne, venga, déjalo, no me claves el azul brillo de tus cuerdas, para un poco o tendré que llevarte conmigo... Y es que sabes que no eres sólo tú, que te prometí no volver hasta ser mejor y estás ahí sentada mientras no cejas en los empeños de que te de conversación de sofá y manta... Que no, confía en mi Julliet, que ahora no es el momento... Que oyes mis lamentos escritos y lees mis maldiciones sonoras, que sabes de mis sinestesias y de mis sinsentidos. Que mira si eres golfa, me miras desde esa butaca amarillenta con tu camisón negro, ese que siempre he despreciado, ¿qué hay mejor que tus acordes al desnudo? ¿cómo no te voy a querer?
Y en el año que llevas en mi cabeza sólo un par de meses te he tenido entre mis manos, eres reina y princesa, no hay dominios ni casas nobiliarias que guardar, no cuando nuestras texturas sabían de qué trataba esta historia. Y fue sentirse idiota y torpe en las manos de algo que había permanecido impoluto. Quizá me faltaba experiencia en eso de mover las cuerdas y conseguir los sonidos más bonitos.
Y se rompió tu mástil un mes después de que quebrase mi razón, parecemos dispares, tu con sinuosas vetas en el cuerpo, un mástil pegado y miles de canciones que gritar, yo con el corazón hecho grietas desde que recuerdo, con una mente hipotecada y mil libros que escribir.
No, tranquila, no hablo de otra, hablo de ti.
La madera barnizada con un toque de indiferencia y el metal frío del invierno en las sonrisas te hacen parecida, pero sólo hay una.
Y que cosas tiene el pasado, que nos une inexorablemente... Y es que pequeña, cómo no iba a compararte con el sentimentalismo si tenéis los mismos ojos y el mismo cuerpo... Y cómo no iba a compararte conmigo si hace tiempo que tocándote en indie sólo sale blues

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Fuego y nieve roja

Hoy no os traigo frases efectivas, sólo metáforas incongruentes

En las calles olía a fuego, a lluvia y a sangre, en las caras de los ansiosos pueblerinos se dibujaba el miedo, en los corsarios el afán por acaparar algo más.
Albert sólo estaba de paso por aquella ciudad nórdica, había escuchado mitos, pero nunca habría imaginado algo tan desproporcionado. Todo ese olor le recordaba a alguien, llevaba huyendo de ese recuerdo demasiado tiempo, el frío le ayudaba a no pensar, las nevadas le hacían abstraerse y la chimenea apagada le mantenía en paz. Sin embargo el fuego, la lluvia y la sangre corriendo por la calle, las almas que subían con las llamaradas, los alaridos de nuevos huérfanos... Le recordaban demasiado a ella. Le daban igual los muertos, al fin y al cabo, no les conocía, la empatía no cabía en su diccionario.
Pero esos gritos le llevaban a una noche en Génova, su última noche con Ella, llevaba unos años sin recordarla, las noches a su lado apagadas en ceniceros que contemplaban su escena, desde que apagaron Génova no se consideró digno de encender un cigarro, y ahora unos animales habían hecho arder un pueblo entero... Nadie elige sus recuerdos
Sudor, lágrimas de alegría, una arrolladora fuerza de dos ríos que convergen... Un bombardeo del rey francés desde la costa, un desembarco, cientos de muertos, Ella decidiendo donde desayunaría a la mañana siguiente, él pidiendo a la de la parca que no se la llevase, Ella alejándose de su espíritu, él clamando al cielo... Ella muerta bajo escombros, él anexionado a las doctrinas de las vigas quebradas. Ella muerta... muerta...muerta... Él empuña una espada y una pistola en su otra mano, ella da su último aliento, él dispara contra el líder de los piratas, ella murió hacía seis años, el pirata murió en ese instante, Albert trataba de tú a los ángeles del limbo.
Los piratas se lanzaron contra él, le recordaban a los soldados franceses, ya había luchado contra ellos, eran muy disciplinados, pero... no tenían su espíritu. Los piratas tenían espíritu, pero no tenían su disciplina, su interés por seguir reviviendo algo que había muerto... Ellos estaban vivos, él no lo sabía.
Acabó con cerca de diez piratas, cogió otra espada, se guardó la pistola en el cinto y continuó su andanza. No atacaba a nadie, sólo a quien se pusiera en su camino, le daba igual, su castigo ya había sido en vida, no habría mucho purgatorio que expiar.
Y la ciudad estaba teñida de fuego, del humo que acompaña a la niebla, de la lluvia juguetona que no sabe con quien lo pasa mejor, la nieve postrada en el suelo mientras la pintan de rojo para el baile sin máscaras, los cuerpos que disfrutaban del baño que da la laguna Estigia... Las seguridades de un hombre que había muerto mucho tiempo atrás.
Y es que no hay nada más peligroso que dejar a alguien que no ha sanado sus heridas, y no hay ofensa más dura que la del desprecio, y es que no hay daño más terrible que el provocado por los sentimientos.
Que no hay tiritas para corazones rotos ni a un euro la receta
Y esa noche Albert volvió a vagar, ni vivo ni muerto, justo todo lo contrario, Albert no pensaba en lo que le traería Descartes, Albert no tenía miedo de no ser libre, Albert sudaba bastante de saber si el parlamento concedería libertad a los obispos familiares del monarca... Albert estaba allí, y ninguno de sus muertos iba a quitarle la pena


"-Jo Israel, me encantaría escribir con esa facilidad, ¿cómo lo haces?
-Desgarra un poco debajo del pecho, a la izquierda, ¿ves que hay algo que se mueve? El curandero me dijo que mis heridas están ahí, el médico me dijo que el problema estaba un poco más arriba...¿Cómo era? Demencia"

jueves, 1 de noviembre de 2012

La relación entre la ducha y las bombas

1973
-¿Qué secreto esconde quien no sabe callar?
-Un lado completamente depravado y seguramente un par de delitos de sangre.
Les gustaba trascender después de tener sexo, cada cual elige cuando tiene su carácter introspectivo, no censuremos sus usos.
Sofía y Peter eran dos almas que disfrutaban llamándose errantes, dos bohemios predecibles que se excusaban en la incomprensión, dos idealistas decimonónicos que consideraban el amor como el regocijo de las mentes menos hábiles, eran dos seres que se sabían superiores y olvidaban la presunción de inocencia en la baja modestia. En definitiva, dos gilipollas que se llamaban existencialistas al tener por delante una carrera y desconocer sus metas, dos almas tendentes al hedonismo y que nunca admitirían el amor.
Les llamaban "los raros" por no decir los cutres, sus aires reaccionarios resultaban curiosos a las dos familias emparentadas con la realeza europea, pero en el fondo a éstos les daba igual... Más herencia que repartir.
-El sistema ha fallado, los ricos no dan nada a los pobres
-Ya ves tío, esto no puede seguir así.
Después encendían su segundo cigarro y miraban al gotele de un piso en pleno Vallecas que venía financiado por los padres de ambos jóvenes. Eran revolucionarios a su modo, eran luchadores de otra guerra, Rachmaninov acostumbraba a alterar la armonía de un bloque en conflicto. Y es que gitanos, obreros, marroquíes y senegaleses que habitaban el edificio no soportaban la pedantería de dos críos que no habían estirado un brazo para trabajar y hablaban de los rigores de la vida.
-Hay que pagar una derrama, se les ha hundido el suelo a los de la planta baja
-¡Qué injusticia! Este sistema nos lleva a compartir lo que tanto nos cuesta pedir, debería haber otra forma
-Ya ves pava
Seguían en la guerra menos fría, el invierno pasaba más rápido con las cargas de caballería organizadas bajo el edredón, los suspiros del viento colándose por las rendijas de la ventana no suponen problema al que tira de cigarros aliñados con la marihuana recién cortada. Y es que el misticismo de la cama da de todo menos pereza, y es que los canutos hacen que cualquiera te parezca entretenido.
-Hay que hacer la compra, no tenemos nada para comer
-¡Vaya perezote! Vamos a pedir algo al chino
Los chinos ni se acercaban al umbral de la puerta, el olor a mierda mezclada con Channel era bastante elocuente para todo el que pasaba por el ático de ese número 31 de ese creciente barrio.
Él sacó el violín y empezó a tocar, y si, tocar era lo único que hacía, la valoración entre ruido y música se lo dejamos a los vecinos. Ella se sacó las bragas y se acercó mientras su consumido cuerpo empezaba a dar señas de necesitar atención sanitaria. Después de fliparlo con su peculiar sentido del tempo entró en la ducha, con la peor banda sonora que os podáis imaginar.
Debió ser el agua fría, o el estado de inanición le permitió un momento de lucidez, o el puto ruido del violín, pero algo consiguió que Lucia despertase.
Salió de la ducha de nuevo, se secó, se depiló con esmero y se acercó de nuevo a Peter. Le arrastró de nuevo a la cama, le golpeó en la cara cuando se iba a encender medio canuto que reposaba en la mesilla, llevó, cogió su mano y se la pasó por el pelo, después le llevó a acariciar su cuerpo por completo, su cara, sus delicados hombros, sus marcadas costillas, su antaño irresistible ombligo, las pronunciadas caderas, las piernas más suaves que Peter había podido acariciar... Y la vio bella por primera vez, no quería follársela, quería besar todo su cuerpo, olvidando las obscenidades sin dejar de lado lo sensual, quería saber lo que era ser pleno y que ella no lo olvidase jamás.
Dicen que la madurez no la dan los años, que tampoco viene de forma súbita, que es algo que depende de la estructura mental... Pero ella maduró antes por algo que desconocemos y le hizo ver que había un futuro por el que luchar fuera de ese mugriento edredón.
Se coordinaron y se amaron, las piernas se cruzaron durante varias horas, los orgasmos eran los mismos, pero ellos habían cambiado, los cuerpos seguían igual de masacrados, pero ahora eso les daba igual, el hambre les cegaba, pero sólo querían una carne. Acabó, como acaba todo, se miraron y hablaron
-¿Qué vas a hacer?
-No lo sé, me gustaría dejar de hablar de lo mal que va el mundo y ponerme a luchar por conseguirlo. La revolución esta en las calles, así que no tengo excusa para no luchar por ella. ¿Y tú?
-Ser feliz, hacer todo lo que he dicho que iba a hacer, hay muchos charlatanes en televisión, hay muchos héroes de un rato... Yo quiero que mi voz tenga eco en los corazones, no en los periódicos.
-¿y qué vas a hacer para eso?
-Reventar todo
La cara de Peter se descompuso, pero la sonrisa de Sofia no podía ser más amplia.
-Si quieres un cambio, no cometas los mismos errores. Esta muriendo gente, esto no es ausencia de paz social, esto es una guerra.