martes, 10 de julio de 2018

prueba

Un joven se situaba de rodillas en mitad de un salón de una casa amueblada a una moda austera, pero moderna.
Se encontraba abatido, con los brazos caídos y la cara mirando hacia el infinito. Puede que sea lo único que te queda después de una paliza. De sus cejas, pómulos y labios brotaba sangre fruto de las heridas abiertas tras una paliza. Había otras cuatro personas en ese salón, por si acaso sacaba fuerzas de flaqueza e intentaba hacer algo estúpido como escapar o adelantar la escena. Uno se situaba frente a él, otros dos de pie a sus espaldas, otro sentado en un sofá contemplaba la escena.

Uno de ellos, se sentó frente a él con una vara de madera. Sin embargo, la mirada no podía dejar de mirar al vacio sabiendo lo que estaba por venir.

-Quiero que entiendas lo que te va a suceder. A mi no me gusta hacer esto, te mentiría si dijera lo contrario. Estás aquí por algo que has hecho, no te diré qué es, porque ya lo sabes. Ella no podía defenderse y tú lo hiciste. Tú no puedes defenderte y yo lo voy a hacer.
-Yo no he hecho...

Es increíble la fuerza que puede tener un bofetón de una persona puesta en cuclillas.

-Ella tampoco pudo hablar, sería injusto que tú pudieras. Pasemos a lo importante. Esto no es una vara de madera, es un bokken. Es un palo que se emplea en diferentes artes marciales, se extendió su uso cuando se prohibieron las armas con filo en Japón, las autoridades pensaban que solo las armas de fuego y las espadas mataban. Idiotas. Tiene hasta forma de espada.
-¿vas a mat...

El impacto fue más duro que el anterior.

-Voy a ejecutarte. Con esto. Con un palo. Con un puto palo.

Se puso de pie.

-Vas a sentir un golpe seco, te golpearé con el canto del bokken en la base del cráneo. Sentirás que todo se nubla y luego caerás al suelo, aun estarás consciente cuando tu boca toque la moqueta. En ese momento, dependerá del señor que está ahí sentado si continúas tu vida cagándote y meándote encima el tiempo que dures anclado a un respirador o si tengo piedad y acabo con tu vida. ¿alguna pregunta?
-Por...

Esta vez fue una patada la que impactó en su boca.

-Vamos allá.

El joven, recordando lo que hizo empezó a ser consciente de lo que iba a pasar a causa de sus actos. Pensó en tratar de escapar, pensó en si podía hacer algo contra ellos, pero rápidamente se le fue, puesto que ahora, los dos que se mantenían a sus espaldas agarraron sus brazos extendiéndolos y dejando su cabeza visible para el impacto que venía.


Mucha gente piensa que cuando recibes un golpe en la cabeza es como en las películas, piensan que te quedas inconsciente, que al rato te despiertas con dolor de cabeza y ya está. Lo cierto es que un golpe en la cabeza con un objeto contundente te hace caer al suelo, pero no siempre te desmayas, de hecho, casi nunca sucede, el impacto debe suceder en una zona concreta o provocarás un traumatismo que acabe con la vida de quién lo recibe.

El que iba a golpear lo sabía.

Notó el golpe seco, notó cómo no perdía la noción del espacio. No dolía tanto cómo había esperado.


Se despertó en mitad de un descampado, totalmente desnudo y con las heridas limpias. Y con una nota.

Tienes otra oportunidad para cambiar las cosas, pero ahora tu vida me pertenece.
Permanece atento, en algún momento me tendrás que devolver el favor.