viernes, 21 de diciembre de 2012

El Rey Melchor

Seré bueno. Me mantendré, igual, un tierno, un romántico, un tonto diferente, pero un tonto en todo caso.
Y tengo tres formas de escribir, carta, historias o ensayos... Hoy no estoy para metáforas ni para creatividad, sencillamente escribiré, no vendrá en un tiempo de forma tan directa, no espero escucharme, menos aún intentar entenderme.
Desde que descubrí a Kierkegaard dije que su concepto de la angustia es algo completamente explicativo de los estados anímicos, la angustia, la desesperación y el miedo, pero hay otros tipos de vacio, quizá cuando la pequeña Olsen se alejó de su vida lo sintió, pero ya era viejo para escribir una gran obra y sencillamente se dedico a canalizar su ira, quizá escribió algo demasiado personal, de eso que todos tenemos a mano y que no nos atreveremos a enseñar. La angustia viene del vértigo de la libertad, la desesperación es posterior a la elección, y el miedo es el sentimiento humano previo al elegir... Pero ¿qué pasa con la inmersión en una realidad que no está en tus manos?.
Siempre se me criticará que sea políticamente correcto, que trague demasiado y que no delegue en los demás, siempre se me elogiará la empatía, lo simpático y lo agradable... Es como soy, a veces demasiado buenazo, a veces demasiado sonriente, siempre bastante idiota. Pero hoy no importa.
No me busquéis en mi mirada, allí no quedan más que las respuestas más competentes para el día a día. Y quién fuese de velcro a estas horas de la noche. Y no volveré a dar problemas, lo digo en serio. Llevo demasiado tiempo pagando los intereses del patetismo más absurdo, si se está mal se aguanta, al fin y al cabo escribo mejor, quizá eso me de un futuro, siempre hay que encontrar el lado positivo, o eso dicen.
¿a dónde quiero llegar?
Si lo supiera estaría buscando como conseguirlo y no escribiendo en un blog que leéis un grupo fiel, a vosotros os debo bastantes alegrías.
Y no me pide el cuerpo ser un cabrón, ser despecho, o sencillamente encerrarme en mi mismo. Sólo me dice que llevo demasiada pena para ser alma, que ya es hora de sonreír. Si vieses mi cara ahora sabríais las cotas que alcanza mi ironía.
Y llega el punto en el que te sabes poco, que te sobra la teoría de porque eres bueno, pero te falta demasiada práctica para entender de que va eso... Sabes que te faltan dos puntos para llegar a ser insuficiente, y es que hay días en los que dos más dos siguen siendo cuatro, pero a+b no puede resolverse de forma simple en una ecuación.
No es quien quiere, sino quien puede llenar, y para eso me queda mucho por cambiar.
No habrá más de esto, no habrá más pesadez ni decadencia  no aquí, no por escrito, no en público... Sólo dame el lienzo de mi alma, que en el se escribe bastante mejor que en cualquier portátil a las 2 de la mañana. Déjame describirme los versos más sombríos esta noche, que mañana ya no sé si seré el mismo. Dame razones para no perder la coherencia cuando Morfeo ceje en su empeño de añadir los preliminares al sexo de almohada... Tan sólo suéñame esta noche, que mañana no existirá mi verdad más cruda.

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