viernes, 28 de septiembre de 2012

Subconsciente bizarro

Las dudas, la locura, los miedos y su temperamento le llevaron a un infierno sobre su piel. Y no hay peores situaciones a las que ofrecen las prisiones de dos cuerpos que se confrontan en noches frías que no necesitan edredón, habrá quien vea los abrazos como libertades, pero en un cuerpo a cuerpo cualquier mal paso te llevará a unas cuerdas que empiezan con lo físico y se tornan en nudo con lo sentimental... Sentimental, no hay palabra más deleznable en una triste noche de Otoño.
Y todo inicio es bonito, la incertidumbre es la que nos da la vida, los hábitos arruinan las dudas y en las rutinas se encuentran las más angustiosas "millas verdes". El amor puede salvar, pero ¿quién tiene cojones a arriesgarse primero?.
Haber sufrido mucho antes no es excusa válida para conformar la vida marital como el más triste de los vals, con pasos que no se marcan cuando se avanzan y que llegan a ser sonoros en su retroceso, ese triste vals marcado por los golpes de un piano en Si bemol tocado directamente por el mismo Chopin, un juicio que condena al ostracismo la esperanza de los que cayeron en tus más duras refriegas, daños colaterales que decidiste permitir y angustias supeditadas a un bienestar que sencillamente se quedo en la parte más existencial del verbo To Be.
Dale las vueltas que quieras, pero si quieres otras fuentes en mis ojos no las busques, encontrarás una sinfonía marcada por los pasos de una Parca que se cansó de cargar con una guadaña, de una Justicia que una vez se quitó la venda comenzó a juzgar a placer, como una dríade que se conforma con los sátiros, como el dolor que debe provocar convertirse en sal en tu memoria, como el poder de una silueta alejándose a placer.
Y habrá corrientes que aseguren que todo es cíclico, pero hay vacíos que no estaban antes. Tengo suerte, mi corazón no es grande y empieza a parecerse a una esponja vieja, no por más agua se empapara antes, pero no le cuesta mantener la temperatura.
Hoy no pediré disculpas por lo rebuscado, no tengo motivos y me sobra despecho

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