sábado, 4 de agosto de 2012

Aburrimiento, gangrena, filosofía y política

A veces está todo bien, pero algo queda muerto. Algún moribundo dice que la gangrena no es dolorosa, pero si genera angustia saber como se va consumiendo lentamente, la morfina no le va a dejar pensar en dolor, las endorfinas le preparan, pero sabe que se acerca esa hora. Lo terrible no es el dolor, lo terrible es la nada, el miedo a un vacío enorme, hay quien dice que tiene miedo a sentir... Ja, el miedo surge de la incertidumbre que nos da vivir... Ese miedo es la alegría de la vida, la angustia de no sentirlo, de no doler y no ser dolidos... Es lo que provoca el miedo más atroz.
Sentir lástima, afligirse con facilidad, sentir ansiedad por el futuro, el propio aburrimiento. Todo ello nos hace saber que habrá un mañana que nos dolerá, pero que coño, habrá un mañana.
Durante siglos se ha tratado filosóficamente la vertiente de la alegría hacía una trascendencia (Escatología) o la angustia ante un momento en nuestro futuro donde queda un espacio abierto hacia el más absoluto y completo vacío (un ideario de un corte alejado a la escatología de cualquier tipo). El primero se trata con fe y por ende con la esperanza de que suceda, el otro punto de vista siempre se ha tratado de una forma más pesimista, como una tragedia asumida en lo que acabará nuestra vida.
Pensándolo, mi mente extrañamente divergente ha llegado a una teoría, posiblemente otro autor comido por el opio, el caballo blanco, la absenta, la hierba que no se atreven a llamar buena y/o cualquier otro tipo de estimulante mental haya llegado a esto mismo.
Pensemos, si tenemos una conciencia de eternidad nuestros días no pueden ser vividos con completa alegría, es decir, sabemos que más allá hay una existencia que nos sustentará y que sea de forma de cielo/infierno, teoría de las 10 esferas, reencarnación en otro bichito, barcos y putas... Lo que sea, vaya. Esto nos haría no pensar más que buscar un remedio para conocer lo que viene detrás, en caso de todas las religiones trascendentes esta curiosidad se denomina suicidio y es la mayor deshonra a la propia vida, de acuerdo, en el sentido de las religiones de una índole cíclica nos encontramos con que el alma transmuta, pero no nuestros conocimientos, por ende nunca seríamos conscientes de nuestros pasos previos hacía un estado ligado al Brahman/Tao, o nuestro Kami no sería consciente tras cumplir su misión. Por ello, la muerte ha de llegar por si misma o sin consciencia a priori de un estado anterior.
Un ideal no trascendental nos llevaría a otra idea, la angustia que definen los autores existencialistas otorga un sentido único a la vida, ya sean estos autores o no cristianos, nuestra vida subyace en el temor de poder eliminarla, los actos que a ella atañen no suponen otra cosa que una responsabilidad absoluta y directa a nuestra voluntad, esta voluntad queda limitada en el punto que choca con la de los demás. Esta angustia implica que todo acabará y cierto miedo o resignación que varían según el caso. Lo suyo sería encontrar la eternidad dentro de este planteamiento derrotista, quiero decir, la eternidad puede estar entre un minuto y otro, en emplear los momentos de la vida como si fuesen eternos, cuando algo malo suceda conseguir que se superen y solventen con lo bueno vivido, no desear que algo pase rápido, sino aprender algo que deje eco en el tiempo, puede que no nos llegue a ser útil, pero nadie sabe cuando tiene a un futuro premio Nobel a la cara, la historia está hecha de miles de pequeñas aportaciones. ¿Sabéis lo que dice la Teoría General de Sistemas? Cada uno de nosotros somos un pedacito de algo más grande, de un sistema superior, un sistema que sólo es superior porque está compuesto por muchos inferiores que le crean, este sistema se agrupa con otros de su nivel para conformar otro más grande, y así sucesivamente. A un rango inferior, nuestro propio cuerpo va formado por sistemas inferiores, todos los sistemas son esenciales, pues el fallo de uno puede suponer la ruptura del sistema provocando un trastorno en ramas superiores.
Pensad ahora en la política, la política en Europa se rige en torno a un "ideal democrático", este sistema llamado Europa se divide a su vez en sistemas más pequeños, se pretende hacer "Europa a Dos Velocidades" esto implicaría una división de los sistemas en dos con subsistemas que antes estaban en un mismo rango, así se evitaría una destrucción del sistema, pero... ¿No es esta estructuración una ruptura en sí misma?, quiero decir, se rompe el sistema para conformarlo de nuevo. Sigamos, dentro de estos dos sistemas se encuentran elementos equiparables, les vamos a denominar como "Países", dentro de esos países hay múltiples divisiones que no son equiparables de forma externa a otros regímenes, cada "País" tiene su división propia y no puede compararse con otra. Si partimos pues de la premisa que son subsistemas no equiparables, no puede darse un sistema superior, por tanto, Europa no existe. Vamos al caso del País al que denominaremos como "España", está compuesto por varios subsistemas, 17 en concreto, pero estos tampoco son equiparables, no existe un rango que les haga uno, sólo una expansión territorial que lo concibe como tal, al igual que Europa es un ente denominado por su lugar en la tierra, se sabe perfectamente que en casi todas las ocasiones se conforman "Países" o "Continentes" por la ubicación geográfica, pero ¿ quién concede el criterio de País y no el de un subsistema que llamaremos "Comunidades"?
Si comprendemos que esas Comunidades no gustan de conformar un todo... ¿por qué han de conformarlo?.
Aún hay más, pero hoy no, que me aburro


El cine ayuda, si, lo hace.
Auden
"Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.

Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He Is Dead,
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.

He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last for ever: I was wrong.

The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood.
For nothing now can ever come to any good."

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