sábado, 2 de junio de 2012

MadriZ

Serán numerosos los días en los que salgas a desgastar suela, alguno de ellos dejarás de pensar en esa chica, en los exámenes, en la crisis, en el futuro... Y empezarás a ver más allá de tu dedo cuando señalas el cielo.
Caminando verás una ciudad que antaño sonreía, una ciudad con ansía por vivir y hacerse hueco, una ciudad con fuerza y dinamismo, una ciudad feliz, próspera, cálida y acogedora a quien quisiera llegar.
Esa ciudad está triste.
El cielo es gris, los balcones apagados, las fachadas reformadas se resquebrajan lentamente, los rostros melancólicos, adoquinados con miedo de que les pisen, paredes a las que ya no les importa quien hace sus necesidades, total, todos somos perros.
Pensarás que tus problemas son graves, recapacitaras y entenderás que tus problemas duraran X tiempo, algo se quedará en tu corazón para siempre, otros estarán por un mes, lo otro es coyuntura y lo demás queda por venir. Pero ahora, estás gris. La ciudad no llora, no, es Junio, no es lo que se espera de ella, ¿para qué llorar entonces? Se mantiene firme y suelta pequeñas sonrisas, pero no deja ver el sol, no quiere que vean lo vidrioso de su mirar.
Los rincones de una ciudad se hacían enternecedores, pequeños espacios llenos de complicidad, bancos, parques, calles... Todos ellos ahora oscuros, las conversaciones que se daban se quedan en tu corazón, pero la calle no las recuerda, vagones de metro que van y vuelven de una estación a la anterior, ¿curioso? Es un eterno bucle del que no sabes salir, es más, fuera hace calor y en ese vagón que no lleva a ninguna parte se esta en el frescor de una absurda esperanza donde sólo quedan recuerdos de algo mejor.
Puede que no sea la ciudad, que sólo sea yo el que lo piensa, pero todas las esquinas te traen sonrisas que reprimen lágrimas.
No hay parejas por las calles, quizá sea una tregua para una mente insana que no veía su lugar, quizá hace mucho calor y soy el único idiota que se atreve a conocer las delicias de las callejuelas más enrevesadas...
No conseguí superar lo froidiano y me quedé en lo descriptivo, no fue lo mio llevar mis ideas a la práctica ni mis consejos a mi propia vida.
Aún así MadriZ hoy se atreve a contener las lágrimas de un "Que te vaya bonito" que suena a no tener intenciones de volverme a sonreír. Madriz sigue siendo precioso gris, ¿la virtud recae en quien ve lo bello donde nadie lo encuentra?. No, la virtud es la capacidad de sacar una sonrisa... Puedo considerarme virtuoso, pero hoy no... Hoy todo suena a Chichimecas, Ptolomeo, Vespuci, Orejas por los suelos, Catedrales diáfanas, Cejas superpobladas... Pero ello vuela ante un pelo que se insinúa como un recuerdo

"Cualquier hombre puede ser feliz con una mujer, siempre que no la ame" Oscar Wilde

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