Sólo recuerdo esa frase, esa frase y las ruinas que quedaron detrás, también recuerdo que sus ojos me decían su nombre, que no importaba el bautismo que le habían impuesto sus padres, los motes que le habían puesto después... Sólo recuerdo los gritos de esos ojos pidiendo que pudiera sacarla de allí... De ese lugar que nombraba su apellido.
Seguro que todos habéis visto el Padrino, cuando el joven Vito llega a Estados Unidos y sucede lo siguiente:
- ¿Cuál es tu nombre? Vamos. ¿Cómo te llamas? Tu nombre.
- Vito Andolini, de Corleone.
-
Vito Corleone. Bien, para allá.
El apellido Pérez es igual de común que Pena, es como una plaga que no se soluciona con nada normal, pero tampoco necesita nada en especial.
Entonces, cuando aprendes a mirar, a empatizar... Te alegras de sus sonrisas, de sus suspiros y hasta del brillo de su pelo. El error de muchos es querer mantener esas sonrisas como propias... A mi me costó comprender que mientras fuesen sonrisas daba igual de donde vinieran, que querer es desear felicidad, que los guiños, sonrisas y miradas en las que hayas tenido que ver nadie te las quita.
¿Y quién no quiere ser la única marca de chocolate?
Pero todos debemos superar lo egoísta del retener y entrar en lo bello del amar... Después, todo viene dado.
Y cuando te den las gracias por hacer sonreír, da las gracias, porque esa sonrisa te ha hecho estar un poco más vivo
Qué bonito!! Me ha gustado mucho, y es que sí. Lo que hacen falta hoy en día es muchas sonrisas. Ainsss si es que eres un artista XDD Un besote enorme!!
ResponderEliminarQue una artista como tu me diga eso me anima a seguir escribiendo mis cositas de dudosa calidad xD. gracias corazón!mua!
ResponderEliminarMuy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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