martes, 16 de abril de 2013

Tréboles de dos caras

Y que llueva cuando quiera, que la angustia no emborrone tu desidia, que las penurias de muerte no nos hagan caer sin derribar, que las albricias no haya valor a emborronarlas.
Que somos sangre, sudor y lágrimas, un poco de agua y más o menos huesos. Tu vida suele ser cúmulo de errores, pero la estadística habla de que algún acierto legara. Que no hay mas error que ser bufón de las negativas mas sonoras, pero que le vamos a hacer, hoy no toca hacer rehenes. No habrá peros ni malentendidos, sencillamente un brutal sentido del absurdo, lamentos y lo inexorable de mi ignorancia. La vida es chiste, sin embargo hoy no hace ninguna gracia escuchar ciertas frases, y es que tres palabras cuando pasan a ser cuatro puede hacerse peligroso, porque el sentido de amistad puede ser una enorme felicidad, pero también puede destruir a un ser humano. Aunque nos dan un cuerpo y un alma cuando empezamos la partida, esta tarde toca quemar la parte espiritual, si aprendemos a fingir habrá cordialidad y nadie tiene porque ver mis descosidos, que te quiero así, inspirando las musas del lamento.
No puedo evitar estar mas guapo cuando me voy rompiendo. Pero, que mas da, si nadie busca nada y nada se queda por encontrar
Creo que en un tiempo no volveré a mojar mis barbas, pero como todo en mi vida, está aún por crecer, engullir y despensar. ¿quién soy yo para impedírselo? Al fin y al cabo es una barba y yo lo que queda de un niño y el hombre que está por venir.
Siempre me dicen, tú tranquilo, que todo llega, que la angustia no dura toda una vida, que todo acaba fluyendo, que la vida son dos días y aún está amaneciendo. Pero lo que engulle a un pensador no es la dicha del mañana, sino la decadencia del hoy, no le alegra pensar en quien encontrará, le agobia pensarse como esa eterna película que todos alquilan, descargan y ven entre colegas, pero que le falta mérito como para ser comprada.
Pero bueno, hoy no hace día de rebobinarse antes de que me devuelvan a un estante olvidado del alboroto generalizado, si a mi no me hicieron para ser luz, sino para encontrar la de los demás.
Y dicen que nos han diseñado para desear, para dejarnos caer, pero desde hace un tiempo aprendí a caminar erguido, con los hombros hacia atrás, el mentón muy arriba y la sonrisa bien vestida, que una sonrisa puede animar muchas vidas y no estoy yo para sumir en depresiones.
Si la gente se pasa su vida buscando suerte, si dicen que todos sus tréboles tienen tres hojas, que siempre se quedan en las puertas... Les invitaría a probar el sabor del fracaso, una cerveza sabor a sentirse muy lejos de donde se ansía estar, les daría dos rondas de mi desasosiego y haría un café con el anhelo de lo que nunca he probado

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