lunes, 22 de abril de 2013

Solo de Laud

Hoy creemos en el individualismo, en nuestra lucha, en nuestra guerra, en nuestro Chernobyl. Si somos como Nerón y nos gusta como huele Roma ardiendo, si es que yo nací para componer sonetos de catástrofes, qué hago creando si llevo años aprendiendo a tirar los ladrillos de mi coherencia.
Quizá en mi última mutilación se me olvidó eso de ser racional y ahora disfruto escribiendo mientras el humo me cubre la conciencia, así todo es más sencillo, que arda la madera y la niebla de mis pulmones cieguen mis lamentos, que el olor a tabaco quemado calcine el hedor de la tinta fresca en los papiros de mis fracasos... Si escribo mejor cuando estoy en llamas es porque todo se me da mejor de esta forma. 
Y es que disfruto de la coherencia de mi rabia, nadie sospecha del que complace siempre, pero es el que sale siempre en los telediarios portando una katana, dirigiendo un país. 
Si me rompí en mil pedazos fue porque no supe doblarme, pero no tengo tiempo ni ganas de arrepentirme. La vida está esperando a que encuentre razones para vivirla con más fuerza, llega el verano y las heridas no deben ponerse al sol.
Si los que pasamos de ser margaritas a erizos es porque elegimos que rosas hay demasiadas y al menos nosotros no engañamos, todos ven primero las espinas y ahora no me habléis de amor. 
Amar es cabal, y yo sólo siento el viento en mi cara yendo demasiado deprisa contra mis ojos, demasiado fuerte como para abrirlos, quién quiere despertar a un perturbado de su anomía.
Ya no me conmueven las historias de amor supremo, ni las palabras de dulzura, ni los te quieros, ni las pugnas banales... Ya sólo me conmueve el crepitar del tabaco cuando se consume, de esos ojos que me consumen, de esa vida que consume... de mi cuerpo cayendo eternamente al vacío.
Dicen que una vez que tocas fondo debes alegrarte, no puedes caer más, pero a vosotros os ponía a flotar en el mar de mis dudas sin saber como nadar entre tanto pensamiento, entre todas las lágrimas que no solté, con ese ancla al que me gusta llamar idiosincrasia. 
Venga, que todos sentimos, pero algunos somos conscientes de las cicatrices. 
Nadie busca argumentos lógicos en un loco, nadie busca sentimientos en un cuerdo. 
Si nunca fui nada llega el momento de ser un todo, único, exclusivo y breve. Llega el momento de asumir que soy un cuerpo efímero con debates eternos, que soy un corazón finito con debates inmortales.
Que nadie va a la guerra sabiendo que va a morir
Que nadie arriesga si no hay posibilidad de victoria
Que la vida sigue, que el amor sabe morir(me)

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