jueves, 14 de marzo de 2013

Brevedad

Y viene de tiempo atrás que las balas ya no necesitan pólvora, si nadamos en un sinsentido y a colación sólo nos da resultado lo efímero y nos perdemos en vahídos que son siempre de vuelta.
Si ya no sé si soy o estoy, si la vida nos da vueltas y sólo me queda sonreír para ahorrarme el 3x2 en preguntas arbitrarias de los callejones sin salida a los que me condena un alma día a día inconclusa... Como decían por ahí, soy un completo incompleto.
Llenamos de color días que sufrían por las nubes, pero no sé qué os habrá hecho la lluvia, es en definitiva necesaria, viene a significar vida y muerte a la vez... Al fin y al cabo nosotros somos como ella, capaces de enriquecer a alguien, pero capaces y conscientes de que podemos y sabemos destruirle, la venganza, así lo llaman, el amor, así al otro. ¿No podemos ser grises por un día?
Me aburrí de tonos radicales, del blanco y del negro, de que las únicas esperanzas sean la rúbrica de las caladas más profundas. Mis pensamientos hoy se llaman Chesterfield y mis sentimientos tienen forma de llama, a tres colores y con demasiado calor para no llamarlo fiebre.
Somos gritos envasados al vacío, el estruendo silencioso que nos vendrá a ver en los recuerdos de las tardes de primavera, con alergias y alegrías, con muerte invernal y descendimiento cerebral. Si dejamos de ser neocortex y nos centramos en los misterios inexpugnables de las crónicas de muerte que nos anunciaban hasta los periódicos.
Suena el viento en mi cara, noto el tacto de unas maracas en mis manos, me saben los labios a tonos agudos,  el oído hoy escucha en dulce, pero mis ojos se dejaron de sinestesias y sólo pueden ver mañana en augurios y la vida en código binario.
Dame decesos donde dejé los deseos de juventud, si todo se me pasó esperando y nunca pensé en cesar de mis actitudes, si mis dudas se quedan en la ternura de labios que mecen hasta que nos hastíe el hartazgo. No podemos comprar un futuro, ni alterar una conciencia, tampoco hacer desiertos en mejillas... Que va, esta mierda depende de los sentimientos, mis razonamientos y ríos de letras nunca van a tener completo sentido, y es que el corazón sólo nos hablará en quechua, pero yo preferí el nahuatl. Qué le vamos a hacer, un error más que suscribo en tu historia.
Algunos saben que pueden ofrecer cosas que no tienen, a otros se les olvida que son todo, a otros el día a día nos recuerda que hay poco pescao' que vender, y que en esto que llamamos sentir pecamos por excesos, pero con ello nadie tiene cura.
La esperanza es el Lupus de los sentimentales frente a un mundo que nunca se podrá calificar de coherente.

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