jueves, 21 de julio de 2011

Calentando los dedos y la mente

La pequeña Salomé sintió una extraña punzada mientras andaba con su hermana mayor, el día seguía brillando, seguía siendo Julio, la gente seguía vistiendo bermudas a las seis de la tarde en la Gran Vía de Madrid, Madrid reía, pero Salomé sabía que algo se había quebrado en su Madrid particular...

Salomé estudiaba el equivalente a segundo de la ESO en Leeds, era una alumno brillante que nunca había tenido ningún tipo de problema académico, echaba de menos a su hermana, a veces discutía con sus padres, no sentía especial interés por las relaciones con los chicos y le encantaba la música y la poesía.

Su idioma no era el español, en su vida había estado dos veces en Madrid, y eran las que su hermana Margaret de veinticinco años había conseguido traerla desde Leeds, ambas hablaban en inglés por las calles de Madrid animadamente, pero de pronto la conversación se truncó y todo se quedó en un silencio boscoso que cubría la conversación.

Salomé era joven, inocente, poco experimentada, algo pava... Pero no era imbécil, toda esa estancia le recordó a una canción y retomó la conversación.

-Mañana vuelvo a Leeds.

-Lo sé, pero eso ¿a qué viene Salomé?.

-No sé cuando volveremos a vernos.

-Pues es evidente que para navidades, siempre te pones tremendista

-No, esta vez es diferente... ¿has escuchado alguna vez la canción de "Bye Bye Miss American Pie" de Mclean? .

-Sí, pero prefiero la de Madonna.

-Bueno, supongo que eso va en gustos... pero, me refiero a lo que viene a decir.

-Claro, Papá siempre la llevaba puesta en el coche.

-Pues yo me siento como así, como si la música hoy hubiese muerto.

-Pero cariño, que nos vamos a ver pronto.

-Nos veremos, pero nada será lo mismo en nuestros ojos.

-Madre mía, no sé qué te enseñan en ese colegio, pero das miedo.-Ambas Rieron

-En serio, yo tengo 14 años y a raíz de este año he leído que mi vida va a empezar a cambiar y mis ideas serán diferentes, pensaré en otras cosas... Encima, tu ya tendrás trabajo y te quedarás aquí.

-Pero la distancia física puede que sea insalvable, pero la distancia sentimental la formas tú.

-No entiendo eso.

-Podemos estar muy lejos, incluso sin comunicarnos, pero si yo pienso en ti y tú piensas en mí, todo irá bien, por que cuando nos veamos será como si no nos hubiésemos visto en una semana, nos contaremos todo y otra vez a llorar por la despedida.

-Pero las personas cambia.

-Pero la esencia se queda.

-Pero la esencia vuela, y los sentimientos van con ella.

-Salomé, ¿sabes lo qué es la esencia?

-Lo básico ¿no?

-No, es lo que se mantiene. Lo básico son los principios, pero en la esencia se van añadiendo cosas, tu no estabas en mi esencia cuando aun no habías nacido, pero posteriormente te adheriste, al igual que los amores perdidos que nunca se recuperan, estos no desaparecen, sino que se mueven de lugar para dejar pasos a otros... No dejarás de quererlos, pero si cambiarás la forma...

-¿nunca dejarás de quererme Margaret?

-Bueno, si te ligas a alguno de mis novios...

Ambas volvieron a reír e hicieron reír al narrador

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