jueves, 21 de septiembre de 2017

inmadurez emocional

La elección implica la desestimación.
Cuando elegimos algo, dejamos de elegir la otra opción, puesto que, si no fuese exactamente así, no tendríamos poder de elección y todo estaría predeterminado.
Bien, partiendo de esta base, llegamos a que este cruce de caminos no nos lleva a una solución concreta, puesto que siempre consideraremos nuestra parte la más lógica, aunque no lo sea.
Cuando encontramos quien nos complemente perfectamente, como dos perfectas máquinas engrasadas por amor y vómitos de arcoiris (sabemos que dejamos atrás al amor salvaje, desenfrenado e interesante de ese amante bandido), sentimos que somos parte de algo más, de algo complejo, único y que hace el mundo un lugar mejor. O no. Quizá ese aceite desaparezca con los días porque estaba mezclado con agua, el amor se convierta en asco y los vómitos en puritas arcadas de veros.

No sabemos cuánto durará algo, mal que nos atropellen mañana, digamos que durará más allá que mañana, asi que hay que exprimirlo al máximo, explicando en una factura emocional los sentimientos que se pueden desprender del contrato pseudoparejil.
¿para qué preguntarnos si preferimos a esa persona o a otra que aparezca? cuando aparezca la otra no importará el tiempo que os una a vuestra pareja y lo mucho que os aleja de un recién desconocido, plegarás el espacio entre los dos y alejarás al temporal.

La vida es fácil, pero sin bondage no existiría Batman y a todos nos gusta un poco el sadomasoquismo sentimental.

Sois unos terroristas, de esos que usan C4 emocional, de esos que tiran granadas con esquirlas de zurcir, con grafitis que vienen a decir que mañana será otro día más.

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